sábado, 3 de octubre de 2015

Nos hacemos daño

¡Hola, queridísimo lectorx imaginario!


No sé qué escribir hoy.

Pero sé que deseo escribir,  


Nos hacemos daño

Hola, mi queridísimo lectora o lector producto de mi imaginación, ¿cómo estás hoy?

A veces cuando me da por mostrar las cicatrices que se me pintan en la piel del alma, muchos me observan con ojos temblorosos, algunos compasivos, otros atemorizados, a otros los abren mucho y luego se limitan a desviar la mirada.

Me causa mucha curiosidad cómo les impacta ver a alguien sacando sus dolores al sol sin ningún pudor, no me da miedo el dolor, no me avergüenza, es parte de mí, de quien soy, ha ayudado a esculpirme; pero me parece muy graciosa lo doble moralista que puede ser ese asunto de mostrar el dolor y hacerse daño en el ámbito social, pues muchos no se ponen a pensarlo con detenimiento, pero todos nos hacemos daño.

Nos hacemos daño, continuamente, solo que la mayor parte de esas heridas auto-lesivas son socialmente aceptadas:

Nos hacemos daño al elegir las papitas grasosas a la ensalada, al dejar pasar el desayuno, el almuerzo, la cena

Nos hacemos daño al encender ese cigarrillo, al no apagar el cigarrillo de esa persona que queremos.
Nos hacemos daño al ingerir venenos para ponernos eufóricos, al tratar de ahogar nuestras penas (o bueno, intentarlo, ya conocen el cliché).

Nos hacemos daño al empeñarnos en continuar con esa relación enfermiza, al no dejar de escuchar esa canción que nos hace sentir tristes.

Nos hacemos daño al mantener todas esas canciones, sí, esas, en el playlist.

Nos hacemos daño al darnos excusas para no hacer lo que nos hace felices. 

Nos hacemos daño al dejar que el orgullo o el miedo nos ganen, al apresurarnos a querer, al ponerle obstáculos a querer.

Nos hacemos daño al negarnos a aceptar realidades, al no pelear por cambiarlas.

Nos hacemos daño al mentir a otros, al mentirnos, al no aceptarnos, al poner excusas.

Nos hacemos daño al no decir las cosas, al no expresarnos, al encarcelar sentimientos incluso estando a solas.
Nos hacemos daño al negar que nos hacemos daño.


¿Y tú?, mí querido lectora o lector, ¿cómo te haces daño? ¿Qué le agregarías?  

Se despide dañándolos;
Una encabronada más;

1 comentario: